domingo, 2 de noviembre de 2008

¿Por qué los pequeños también se deprimen?

Muy pocas personas saben que niñas y niños pueden tener depresión. Se suele suponer que los más pequeños no tienen ningún motivo para padecerla, pero aunque a los adultos nos resulte difícil aceptarlo, están llenos de preocupaciones, incluso más que nosotros, pues tienen problemas reales e imaginarios. No son capaces de expliccarse racionalmente los hechos y esto genera sentimientos de inseguridad y emociones negativas. Cerca de un 2 por 100 de los niños pueden sufrir depresión alguna vez, aunque un gran porcentaje pueden mostrar algunos síntomas. En la adolescencia puede esperarse un alto porcentaje de depresión por los factores estresantes que se atienden en este rango de edad.

¿Cómo podemos saber si un niño atraviesa una fase depresiva? A veces observamos en el niño un estado de depresión o de languidez. Su salud es perfecta per pasa de una ligera excitación a cierta tristeza. El niño se muestra triste, pierde el gusto por realizar sus actividades cotidianas, se encuentra cansado, le cuesta conciliar el sueño y concentrarse en las tareas del colegio. Como este tipo de depresión es emotiva, debemos tratar al pequeño con tacto, dulzura, piedad, afecto sin debilidad, firmeza sin estrépito...Debemos demostrarle que no está solo.

La depresión infantil es un trastorno emocional estable que trae consigo un cambio persistente en la conducta del niño y que le impide disfrutar de los placeres cotidianos. Los síntomas son de varios tipos:
  • Emocionales: Tristeza, apatía, ausencia de interés, irritabilidad, ansiedad, agitación, llanto frecuente.
  • Motores: Lentitud, hiperactividad, inexpresividad.
  • Cognitivos: Desesperanza, sentimiento de culpa, baja autoestima.
  • Sociales: Retraimiento.
  • Conductuales: Rabietas, indisciplina (no acepta prohibiciones, hace como si no hubiera entendido, intenta mandar), quejas.
  • Psicosomáticos: Enuresis (paso involuntario de orina durante la noche, en ausencia de lesiones que justifiquen tal descontrol), dolores, pesadillas, cambios de sueño (insomnio por la noche y, a veces, hipersomnia por el día) y de apetito (pérdida o caso opuesto), fatiga.

Alrededor de los tres años son más comunes la enuresis y los problemsa psicosomáticos. A partir de los seis años son característicos los problemas de conducta.

Para diagnosticar depresión en un niño es necesario que los síntomas impidan su funcionamiento normal. La pérdida de autoestima puede ser un desencadenante principal de la depresión. Un niño con baja autoestima desprecia sus aptitudes, tiene miedo a relacionarse, pues siente que no será aceptado, no tiene iniciativas y necesita la guía de otros, tiene miedo a asumir nuevos retos, tiene miedo a asumir responsabilidades, es dependiente de aquellas personas que considera superiores y se deja influir, tiene poca tolancia a la frustración, se pone a la defensiva fácilmente y muestra estrechez de emociones y sentimientos. Hay otras causas: la falta de alabanzas o gratificaciones por parte de los padres, una relación inadecuada del niño con la madre durante el primer año de vida, unos padres depresivos, un sentimiento de fracaso continuado ante la solución de prolemas, pérdida de uno de los padres, separación matrimonial o abandono, historia familiar de enfermedad o suicidio.

Pueden prevenir la depresión infantil:

  • Una familia cariñosa con normas claras y flexibles, y con una buena comunicación entre sus miembros.
  • Controlar la depresión postparto materna (sentimiento de desesperanza y tristeza poco después de dar a luz debido al descenso de los niveles hormonales, a la nueva responsabilidad de cuidar de un bebé y la fatiga tras el parto), ya que la madre es el modelo fundamental en el terreno emocional en los primeros años de vida. No todas las madres la padecen, ni todas la sufren con la misma intensidad y duración.
  • Fomentar la autoaceptación y atender a los progresos de los niños para conseguir una buena autoestima.
  • No tener demasiadas ni pocas expectativas para con ellos.
  • Crear oportunidades para que el niño juegue, pues es una actividad que le resulta grata y lo hace feliz.

Es importante, en un primer momento, saber diferenciar la depresión de la carencia de habilidades sociales, pues, aunque están relacionadas, son muy diferentes. La depresión, en el caso de los niños, está reforzada desde el primer momento. Al comenzar el tratamiento terapéutico, el niño mejora, empieza a sentirse mejor (hay pediatras que piensan que no se deben administrar fármacos, aunque algunos psicólogos lo creen conveniente). En el tratamiento seguiremos los siguientes pasos:

  • Evaluación exhaustiva de la realidad del niño, qué situaciones le producen miedo, la intensidad de esas situaciones de miedo, si recibe castigos, a qué niveles de exigencia está sometido, cómo son sus relaciones afectivas con la familia, cómo se desenvuelve en el colegio con sus compañeros...
  • Evaluación de las conductas adecuadas, para reforzarlas, bien en el ámbito familiar, bien en el colegio con sus compañeros o en la propia personalidad del niño.
  • Entrenamiento en habilidades sociales: asertividad, comunicación y todo aquello que capacite para la competencia social y para poder afrontar los conflictos.

Es importante iniciar un seguimiento de las conductas del niño (realizado por los padres), tener en cuenta las ides irracionales, cómo percibe los hechos negativos y su habilidad para hacer frente a los problemas cotidianos. El niño empezará a sentirse mejor si aumentan los hechos positivos y los reconoce en los distintos ambientes en los que se desenvuelve.

Por último, os pongo unos enlaces y un vídeo para ampliar la información sobre este tema:

http://http://www.guiainfantil.com/salud/cuidadosespeciales/depresioninfantil.htm

http://www.psicologoinfantil.com/articulodepresion.htm





Libros recomendados:

  1. AGÜERA ORTIZ, L.: ¿Depresión?, Cien preguntas más frecuentes. Ed. Edinsa
  2. VILLAGRÁN,J.M. (1997): La depresión. Ed. Aguilar
  3. MÉNDEZ,F.X. (1998): El niño que no sonríe. Madrid. Ed. Pirámide. Colección Ojos Solares

Fuente: Revista "Maestra Infantil"

1 comentario:

  1. este articulo me parece de vital importancia con respecto a el trabajo de los docentes, pues con estas indicaciones podemos entender, por que presenta tal conducata.

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