martes, 4 de noviembre de 2008

¿Qué significa disciplina en la educación actual? (Primera parte)



Desde hace algunos es muy comentado el tema de la disciplina de los niños y, a veces, se suele hablar de ella como algo negativo.En esta entrada vamos a ver qué es la disciplina, cómo aplicarla y los distintos tipos de castigos.

Las normas y las reglas deben aparecer de modo natural desde el principio en el seno familiar, eso organiza tanto a los padres como a los hijos, armoniza la convivencia, el crecimiento, y potencia la educación en la familia, también fuera de ella. Al establecer los límites, tendremos en cuenta los intereses de los padres frente a los hijos y de los hijos frente a los padres.
Actualmente estamos ante una cultura de cierta protección, a veces demasiado elevada, y también de culto al niño. Tememos que se traumatizará ante cualquier motivo, y le damos satisfacciones muchas veces no muy adecuadas. La transigencia es una de las características más frecuentes de los padres y a veces de los educadores. Por no crear problemas o no disgustar al niño, vamos cediendo, la siguiente vez resulta más difícil mantenernos firmes y después ni nos planteamos el problema. Esporádicamente tratamos de reaccionar cayendo en el extremismo para volver más tarde al abandono.
La desobediencia mide las dimensiones de la personalidad del niño, ahora en formación, y las exigencias de su espacio vital. Nos indica qué debemos impartir para equilibrar las tendencias y la adaptación al medio. La desobediencia general extendida al círculo de la familia, al de la escuela y a todas partes muestra trastornos de carácter; la desobediencia parcial manifesta una personalidad que se defiende. El niño desobediente no acepta prohibiciones sin motivación, hace como si no hubiera entendedo, muestra que él toma la contrapartida de la orden recibida para hacer entender que está decidido a mandar. A veces no quiere pedir perdón ante su acción, pues sabe que ha obrado mal, pero está bastante humillado y no quiere aceptar que se le humille más. Si le pedimos comentar su acto, comprenderemos que él es el primero en no aprobarlo.
Algunas normas que podemos seguir para hacernos obedecer son las siguientes:
  • Ser parcos en el ejercicio de la autoridad (observaremos a los niños, les corregiremos poco y disimularemos mucho).
  • Poner ciertos límites a los niños en sus costumbres, estudios y tiempo de ocio.
  • Intervenir en la vida de los niños ganando grandes guerras, no librando pequeñas batallas.
  • Dar importancia a lo importante.
  • Despertar el interés por los nuevos conocimientos.
  • No transigir en el cariño hacia sus padres, hermanos, profesores y amigos.
  • Fomentar la fuerza de voluntad del niño para el desarrollo de sus tareas.
  • No transigir con una actitud desordenada del niño hacia sus cosas, ya que la existencia de orden en sus libros, juguetes y pertenencias, en general, fomenta la consecución de un orden en su ámbito interno.
  • Nuestras órdenes no serán el producto de un capricho ni de un impulso.
  • Las órdenes e instrucciones deben ser claras, concisas y no repetitivas, evitando elevar excesivamente la voz. Haciendo lo contrario no conseguiremos fomentar nuestra autoridad.

Una de las estrategias que utilizamos los adultos para evitar la desobediencia de los niños es el castigo. Pero un uso excesivo del castigo consigue una adaptación pasiva del niño impidiendo su desarrollo con autonomía. Si el niño sólo actúa por el sentido del deber, se agotará y no encontrará satisfechos sus deseos y aficiones.


Hay varios tipos de castigo:

  • Castigo físico: En el pensamiento actual está ampliamente desacreditado, y la educación se opone a su uso. Razones en contra del uso frecuente del castigo son que alivia los sentimientos de culpa de quien lo recibe e insensibiliza al niño. El peligro del castigo físico está en la frecuencia. Enseñar al niño en qué momentos y circunstancias el adulto pierde la calma es una buena medida para evitar que suceda. Sin embargo, no hay razón para sentirnos culpables por un pequeño cachete pero debemos evitar que sea en público para que el niño no se sienta humillado. También debemos ser coherentes y no mimar al niño a continuación. Pasado un rato le explicaremos por qué lo hemos hecho.
  • Castigo verbal: La riña es una de las formas más usuales para dirigirse al niño. Con ella se muestra el enojo por su conducta. Otra manera de enfrentarse a los problemas es hacer uso de la censura, referida a aspectos parciales de la conducta del niño y que tengan relación con aquello que tenemos que volver a considerar. Mediante la censura se busca el disgusto personal, pero es muy importante que despierte sentimientos moderados de culpa.
  • Retirada del afecto: El "no te quiero" puede plantear problemas para el niño menor de 5 a 6 años si se usa con frecuencia. A edades tempranas se asocia con facilidad al rechazo con el miedo de ser abandonado. Se activa la angustia de separación. El niño debe saber que el cariño de sus padres es incondicional.
  • Castigo relacionado con la falta: Siempre que sea posible, es buen criterio el de establecer relación entre castigo y falta.

A continuación os incluyo un vídeo interesante sobre las técnicas de modificación de conducta y sobre los castigos:



Por último os pongo unos enlaces para amplicar información:

http://www.guiainfantil.com/educacion/comportamiento/limites.htm

http://actagainstviolence.apa.org/spanish/3c.pdf

http://www.pulevasalud.es/ps/subcategoria.jsp?ID_CATEGORIA=103943&RUTA=1-3-69-102031-103943



Libros recomendados:

  1. VALLET MAITE (2007): Educar a niños y niñas de 0 a 6 años.WK Educación
  2. DEFRANCE B., MANZANO P. (2005): Disciplina en la escuela.Ediciones Morata

Fuente: Revista "Maestra Infantil"

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